Por Alejandro Grimson y Nahuel Sosa, publicado en el diario Página 12 el 28/07/2019

Hace pocos días 150 intelectuales firmaron una declaración manifestando su apoyo a la candidatura de Macri y Pichetto. Nos parece positivo que toda persona que lo desee, y más aún si tiene vida pública, manifieste sus opiniones políticas. Por eso, desde la posición política opuesta a quienes firman aquella declaración, las y los invitamos a debatir públicamente nuestras diferencias. Como ustedes afirman que la disidencia y el diálogo son claves para construir la democracia y también afirman que hay pluralidad en los medios públicos, les proponemos que se organice allí o en cualquier otro medio que lo desee debates sobre temas de fondo de nuestro país.

Nos ha llamado profundamente la atención que su declaración no hagan mención alguna a la situación económica de la Argentina, ni a la pobreza, ni al hambre ni a la gente viviendo en la calle. ¿Es posible tomar posición sin considerar explícitamente la realidad económico social del país? Quisiéramos invitarlos a reflexionar sobre la necesidad de sensibilizar a todos los argentinos, incluso a los votantes de Macri, acerca de esta situación de extrema gravedad generada por las políticas económicas de estos años.

Entendemos que los partidos hacen lo posible por ganar votos, pero creemos que los intelectuales debemos mantener una vocación crítica. Nosotros hemos hecho públicas desde hace años críticas a medidas y acciones del gobierno anterior. Los firmantes mencionan que ha habido errores en el gobierno de Macri, pero no señalan un solo error concreto. “Error” parece un eufemismo que invisibiliza una realidad que se impone cada día más dura y más cruda.

Queremos saber más acerca de lo que piensan. ¿Considerar un error haber prometido pobreza cero o haber instrumentado políticas que incrementaron la pobreza? ¿Consideran un error haber dicho que la inflación se reduciría en pocos meses o haber tenido políticas que nos llevaron a la más alta inflación en años? ¿Consideran un error haber prometido “unir a los argentinos” o haber tenido políticas explícitas para profundizar la división y la grieta? ¿Consideran un error haber regresado al FMI, haber destruido UNASUR, las políticas de Patricia Bullrich, la total libertad para los capitales golondrina, la bomba de tiempo de la Lebac y las Lelic, la vuelta de la timba financiera?

¿Qué opinión tienen acerca de la afirmación del presidente acerca de que el problema nació hace 70 años? ¿Avalan que en esa frase niegue las consecuencias del terrorismo de Estado, de las dictaduras militares, de 18 años de proscripción? ¿No creen que es hora que aceptar la racionalidad de nuestros distintos adversarios políticos? Tenemos proyectos opuestos para el futuro de la Argentina. Pero el proyecto que ustedes apoyan no es irracional, como un equivalente de la forma en que designan funcionarios del actual gobierno al “peronismo no racional”. Los discursos que estigmatizan opositores terminan generando odio y eso debilita la democracia. Ante el fracaso del programa económico, ante la decepción generalizada porque no se cumplieron las promesas, el oficialismo busca refugiarse en una estrategia dañina, que va de la Doctrina Chocobar hasta el abrazo con Bolsonaro.

Vamos a tomar ahora algunos párrafos de su declaración para graficar mejor nuestro argumento. Una de las afirmaciones que más nos sorprendió de su declaración es que en estos cuatro años “se sentaron las bases para el desarrollo al que todos aspiramos”. Aquella promesa de Macri de no modificar nada de lo que se había hecho bien y cambiar aquello que estaba mal en 2015 ha sido defraudada. Hay más pobreza, caída del PBI, desindustrialización. No vemos ninguna base para el desarrollo.

Afirman que “Macri respetó la división de poderes y se abstuvo de utilizar las herramientas del Estado para fines partidarios”. Dan como ejemplo el pluralismo en los medios públicos. ¿En qué se basan para afirmar ese supuesto pluralismo? ¿Cuántas veces fueron entrevistados de modo profesional los candidatos opositores en dichos medios? Vimos también, con mucho dolor, como más 4500 periodistas fueron despedidos en estos cuatros años. El gobierno actual utilizó instituciones del Estado para fines partidarios. El caso irrebatible es la gestión de Laura Alonso en la Oficina Anticorrupción. Pero el silencio de los funcionarios ante la actitud del fiscal Stornelli, que incluyó una foto cerca del presidente cuando ya se encontraba en rebeldía, es otro ejemplo elocuente.

Respecto de la corrupción en el gobierno anterior y al actual, ustedes hacen afirmaciones contundentes que no se basan en el precepto constitucional de que “toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario”. Cristina Kirchner es inocente según las leyes vigentes en la Argentina. Jamás ha sido condenada, ni siquiera en primera instancia. Como ustedes saben, Macri fue condenado en segunda instancia. Y hay conflictos de intereses en distintos funcionarios del actual gobierno que claramente deberían ser investigados. El caso de Aranguren es patente. Por eso, no vemos como ustedes los “drásticos cambios para transparentar las acciones de gobierno”. La justicia supuestamente “independiente” no investiga al gobierno actual.

La afirmación de que la inserción de la Argentina en el mundo en el gobierno anterior privilegiaba la relación con Venezuela e Irán no es correcta. La Argentina desde 2003 fortaleció su relación con Brasil y el Mercosur, fue protagonista del inmenso logro de la creación de UNASUR, renegoció con el “mundo” su deuda externa, rechazó el ALCA junto a los países vecinos y otra serie de logros. Ustedes hablan de que “el mundo” nos daba la espalda. Nosotros estamos persuadidos de que hay varios “mundos”, no uno sólo las grandes potencias con gobiernos neoliberales. Naciones Unidas aprobó la propuesta argentina para reestructuración de deudas soberanas, contra los fondos buitre, por una mayoría abrumadora. Y esas potencias que hoy financian la campaña electoral de Macri a través del FMI, le dieron la espalda a la resolución de Naciones Unidas.

Cuando enumeran las carencias del país, también quedamos sorprendidos por las ausencias. En primer lugar, ya dijimos que no aluden a la pobreza y el hambre. En segundo, no mencionan el grave problema que tenemos con la educación. En tercero, no mencionan el retroceso en la investigación en ciencia y tecnología. En cuarto, no mencionan explícitamente el problema de la independencia, transparencia y eficacia del Poder Judicial. Consideramos que sería muy grave que se consolide el actual rumbo que ha llevado a situaciones críticas. El futuro de desarrollo con inclusión requiere un nuevo acuerdo social para transformar el ayer en un mañana mejor, con producción, trabajo, educación e integración regional.

Los autores son, respectivamente, antropólogo UNSAM y sociólogo, integrante de Agenda Argentina.