Sos un trabajador, estúpido!! 

Escrito por Beto "Barbaroja"

Mientras el capitalismo se va afianzando en su fase depredadora a niveles terroríficos, desde el campo popular  tropezamos con  cada vez más dificultades a la hora de intentar consolidar un gran frente de lucha de carácter programatico, político, estratégico que no se agote en una mera contienda electoral.

Entiendo que uno de las causas centrales de esta dificultad es la pérdida de  conceptos históricos, adquiridos en la forma de sucesivas conquistas.

Lejos parecen haber quedado  los programas de La Falda (1957),  Huerta  Grande (1962), o su encarnación en la bases presentadas por la  CGT de los Argentinos unos años después. Estos programas implicaban sentarnos a la mesa de la discusión de un proyecto de país, no sólo a discutir paritarias o algún ítem en materia de mejores condiciones de trabajo.

Para interpretar este largo camino de retrocesos es necesario apelar a varios  factores: en lo nacional la llegada de la dictadura más sangrienta (1976-1983) que truncó la vida de 30.000 compañeros y un proyecto de liberación con un sustento popular muy alto, junto a  la irrupción de políticas económicas neo-liberales que dieron comienzo a un derrotero de vaciamiento y des-industrialización del país.

Paralelamente en el ámbito internacional el tandem Reagan- Tatcher - Juan Pablo II otorgaron un  enfoque aun más  agresivo al nuevo orden mundial que ante la caída del Bloque Socialista de los países del este, culminó por des-balancear el esquema  geo-político del mundo.

En ese mundo cambiante un dato central fue el crecimiento dentro del ahora victorioso sistema capitalista, del sector terciario o de servicios. Así se fue gestando de modo casi imperceptible, invisible, la pérdida de identidad de la clase trabajadora, transformándola en "clase media".

Un retroceso significativo pues esta clase no tiene identidad, ni  historia y menos aun lógica.

A modo de ejemplo: el dueño de una pyme de 10 operarios es clase media y los 10 operarios también lo son, lo es un cuenta-propista experto en informática con entradas económicas por arriba de la media asalariada pero también lo es una depiladora que está por debajo del salario mínimo vital y móvil.

En este esquema solo se tiende a nombrar a los trabajadores para denigrar a sus organizaciones sindicales, debido a que  la clase media nació con el “ sentido común y el individualismo como bandera", mientras que la primera nace del “sentido crítico de la lucha y la solidaridad”. Aquella ante los  gobiernos de inclusión social  percibe su ascenso como basado en el esfuerzo propio. En períodos de exclusión -donde se empobrecen o pierden calidad de vida- la culpa … la tienen los sectores golpeados por el ajuste, la desocupación o extranjeros, los sindicalistas o a la clase política, pero nunca los  estancieros, empresarios o banqueros porque …nunca van a atacar lo que admiran o desearían ser, pero si desprecian lo que para muchos son sus orígenes.

Pero el capitalismo moderno no sólo creó a este formidable espécimen, “el pobre de derecha”, sino también al "microemprendedor", que es un trabajador asalariado a la baja, sin conquistas ni derechos a la salud ni al sistema previsional. Sólo un ocupado precarizado, como al que el tanto odia. La trama se complejiza aún más al agregar el componente meritocrático que carga las culpas de los fracasos durante las etapas del predominio neoliberal sobre los meritócratas y los goces de los éxitos durante las etapas de predominio de los proyectos nacional-populares también en los mismos meritócratas:.......¿y las políticas? 

 

Entonces podemos hablar de una degradación de nuestra conciencia de clase o de un corrimiento a pensamientos no tan críticos de parte del proletariado y damos pasos a estas expresiones edulcoradas de sociedades. Es ésta una contradicción borgiana de como él se pensaba europeo exiliado en Sudamérica (aunque era argentino de nacimiento, por más que a él no le gustara). Es lo mismo con la clase media deseando una cuna terrateniente o acomodada que nunca conoció.

En definitiva no hay otra instancia que dar la batalla cultural, pero esta vez de manera concreta. Es necesario  desempolvar las experiencias y pensamientos de Libertario Ferrari, Agustín Tosco, Germán Abdala, compañeros de una capacidad gigantesca al momento de pensar un proyecto de país desde la clase en la que nacimos y de la que nunca vamos a renegar;  LA TRABAJADORA.