La imagen de un funcionario con rango ministerial,  movilizado, agitando su bombo mientras entona a más no poder “ gorila put.. vas a pagar… las retenciones del gobierno popular”, era utópica o cuando menos extraña,  antes de aquel particular período iniciado hacia el 2003...

Si  esa  misma imagen era reproducida por los multimedios opositores con la intención de dibujar un personaje siniestro, esto no hacía más que otorgarle mayor atractivo al citado  individuo. Si luego éste accede a una asamblea de accionistas de papel prensa en representación del Estado Nacional munido de guantes de box, o  se muestra  en diversos reportajes como singular espada, poco le falta para definir un perfil atractivo o cuando menos atípico. Si encima  tuvo a su cargo  un área  decisiva para todo modelo mercado internista,  nacional y popular, se vuelve atractivo analizarlo o escucharlo.

La publicación de un libro por él  escrito, editado por Sudamericana, no hace más que reafirmar su singular lugar en la esfera político-mediática argentina.  

En principio el trabajo de Guillermo Moreno promete un recorrido por una serie de políticas públicas claves .Tras comenzar con una descripción de  su acercamiento a Néstor Kirchner cuando éste se hallaba próximo a disputar la presidencia , dejándonos con ganas de mayores detalles, rápidamente  el autor avanza sobre su gestión al frente de la Secretaría de Comunicaciones . Su relación  con las grandes empresas de telecomunicaciones  y sobre todo su descripción de como estas se hallaban (mal)  acostumbradas a vincularse con el estado muestra en el relato  una faceta interesante. El  libro es muy gráfico sobre como desde la decisión política y la construcción de poder en forma simultánea, se puede revertir o al menos  modificar dicha  relación .

Ejemplifica este accionar la obtención de acuerdos con Pirelli para fabricar localmente  insumos que la multinacional  venía importando,  también las negociaciones con diversas  automotrices y azucareras lo que nos permite vislumbrar cómo desde una posición firme el estado nacional puede acordar  articulando la confluencia entre búsqueda de rentabilidad empresaria y desarrollo de mercado interno.

La creación de Arsart (y del satélite “pueblo peronista”),  los acuerdos energéticos  con la Venezuela de Chávez en paralelo con la apertura de nuevos canales para el  comercio exterior (Angola, Vietnam, Emiratos árabes, Indonesia....) transitan los siguientes capítulos mostrándonos aviones charter completos de empresarios, lejos de las imágenes que originaban burlas en la oposición.  

En ese escenario la idea de un Moreno siempre conflictivo no alcanza a explicar lo que ocurría. Menos lo hacen los acuerdos conseguidos desde  la Secretaría de Comercio Interior (desde Abril del 2006) que posibilitaron limar asperezas en sectores sensibles como carnes y lácteos,  o en las  cuotas de  colegios privados.

En todo  caso resulta explicativo el diseño de un esquema  o modo básico de accionar, integrado por un primer momento de diálogo tenso entre el interlocutor estatal (con explícito respaldo presidencial) para luego sí avanzar en  la búsqueda de consenso y finalmente el diseño de las líneas “finas “ del acuerdo. Éstas por cierto poco visibles en el libro…

Por otra parte decae la credibilidad del relato cuando frente a desacuerdos o conflictos graves el autor deriva la responsabilidad en determinados funcionarios (por ejemplo  ante los amagues de  Shell para forzar un aumento o en la problemática  referida a las retenciones expresadas en la famosa  resolución Nº 125 ). Más  allá de ataque a las figuras de  Martín  Losteau  y de Alberto Fernández (calificado como operador estrella de Clarín y  como traidor), es valorable y mucho más sugerente la autocrítica respecto al  error de no haber definido con  precisión a los sectores dominantes en juego así como a  sus alianzas internas. Problema agravado por la imposibilidad de ver nuevos actores distintos de los tradicionales en el juego político. Varios ejemplos al respecto jalonan el texto a continuación.

En definitiva si bien por momentos el personaje parece devorarse al protagonista de carne y hueso y si el lector se queda con ansias de  mayor precisión a la hora de analizar los conflictos descriptos, el libro aporta información atractiva sobre la capacidad del accionar estatal cuando existe una línea política clara a seguir y esboza pinceladas descriptivas de interés en áreas sensibles y poco afectas a recibir límites en su accionar.

Lejos de modificarlas en profundidad el gobierno nacional y popular atinó a reconocerlas a las vez que buscaba acotarlas, este accionar sin embargo generó reacciones desproporcionadas en aquellos (mal)acostumbrados a moverse con absoluto  desparpajo.

 

El sólo intento de frenarlos un tanto amerita un reconocimiento, siendo este trabajo de Guillermo Moreno un aporte, si bien un tanto breve y por momentos poco específico,  para aprender de ese esfuerzo.