Movimiento 9 de junio 1956
La Casa de la Memoria y Resistencia Jorge Nono Lizaso, rinde homenaje a los héroes y mártires del Movimiento de Recuperación Nacional, que fueron fusilados por orden de la oligarquía desde el 9 al 12 de junio de 1956. Entre ellos: Nicolás Carranza, Carlos Lizaso, Mario Brión, Vicente Rodríguez, y Francisco Garibotti, secuestrados en Florida y posteriormente masacrados en los basurales de José León Suárez la madrugada del 10 de junio de 1956.
Contaremos con la presencia online del escritor, Daniel Brión
Te esperamos: participá.
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Avellaneda ha sido elegida como capital de la insurrección. No obstante, no se toman medidas especiales para convertirla en baluarte ni para asegurar el éxito de esta operación vital de asentar un comando y un centro de comunicaciones. No existe concentración de hombres ni concentración de armas ni concentración de espíritu guerrero. En el interior de la escuela han quedado seis hombres: el teniente coronel José Albino Yrigoyen, a quien el comando revolucionario ha confiado la sección comunicaciones; el capitán Jorge Miguel Costales, los civiles Dante Hipólito Lugo, Norberto Ross, Clemente Braulio Ross y Osvaldo Alberto Albedro. Al día siguiente serán una lista de seis muertos.
La Plata…en el regimiento 7 hay más soledad que durante la noche. Y en esa soledad, Cogorno se debate entre la desesperación y la impotencia. No hay nada que pueda alentarlo a una resistencia heroica. De pronto, sus pensamientos son perturbados por un ruido infernal. Una escuadrilla de aviones pasa a baja altura y ametralla el cuartel. El militar cuya primera disposición como dueño del regimiento ha sido resguardar la vida de los familiares del jefe rival; el rebelde que ha dado órdenes de no cargar y no disparar si no es para defenderse, siente como cae sobre su cabeza una lluvia de metralla. Sin reparos. Sin piedad. Desde una ventana del Ministerio de Ejercito ha visto a esos mismos aviones, un año antes, bombardear la Plaza de Mayo y dejarla cubierta de cadáveres. Entonces él era leal. Hoy es rebelde; y el espectáculo que ven sus ojos es el mismo. Cogorno profundamente soldado, apasionadamente argentino, no alcanza a comprender el porqué de esta beligerancia, de estas bombas y balas lanzadas con tanta persistencia, con tanta decisión. Uno de los aviones lanza un recipiente con combustible y rápidamente el cuartel se ve envuelto en llamas y humo. Todo está perdido. A las 9 un suboficial llega corriendo al campamento de Morganti y dice en voz entrecortada por la emoción y la fatiga: ¡Por orden del teniente coronel Cogorno icen bandera blanca!
9 de junio, 21 horas. Asamblea rebelde en las inmediaciones de Campo de Mayo. En el domicilio de uno de los conspiradores está reunidas 40 personas. El coronel Rubén Berazay, designado para dirigir la toma de Campo de Mayo, imparte las últimas instrucciones. Se hallan presentes los coroneles Cortines e Ibazeta, teniente coronel Franco, mayores Quiroga y Villalba; mayor médico Juan Pignataro; capitanes Caro, Cono, y el teniente Aloé. Los demás son suboficiales y civiles. Cortines es informado que el gobierno sabe que esa noche se ejecutará el intento insurreccional de Valle. Presiente el fracaso, pero consciente de su responsabilidad, fiel a su condición de hombre de honor…decide concurrir a la cita para cumplir. Con igual información e idéntico estado de ánimo se hace presente el coronel Ibazeta. Alrededor de las 22, un número reducido de argentinos valientes (en un total a 50 militantes y civiles ) se aproxima a Campo de Mayo por distintos puntos. ¡Van a tomar Campo de Mayo!, la más poderosa guarnición militar de la república es amenazada de invasión por un puñado de guapos. El departamento de la calle Hipólito Yrigoyen 4519, de la localidad de Florida, es uno de esos centros de ilusión política…allí vive Juan Torres, vinculado con la conspiración y al activismo peronista de la zona. En esa noche del 9 de junio están convocados los que quieren sumarse al movimiento de Valle. Van llegando peronistas y vecinos: son Nicolás Carranza y Francisco Garibotti, obreros ferroviarios, Rogelio Diáz, suboficial retirado de la marina; Vicente Rodríguez, obrero portuario; Mario Brión, Carlitos Lizaso, Roberto Gabino y Juan Carlos Livraga, invitado por Rodríguez a escuchar la pelea de Lausse mientras esperan la consigna…son cerca de las 11, la hora 0,..de la esperanza. El grupo está entretenido…mientras aguarda la novedad ansiada…se abre la puerta violentamente…una voz amenazante al grito de:…¿Dónde está Tanco?. Es el jefe de la policía de la provincia de Buenos Aires, teniente coronel Desiderio Fernández Suárez…con su arma intimidando, acompañado por el jefe de la Unidad Regional San Martín, inspector mayor Rodolfo Rodríguez Moreno, el subjefe, inspector Cuello, un grupo de agentes con armas largas y algunos hombres de civil….han llegado con una camioneta policial y un colectivo de la línea 19, requisado en Puente Saavedra. El jefe de policía con su 45 en mano sigue amenazando a los presentes. ¿Así que ustedes querían hacer una revolución?....¡Donde está Tanco!...mientras el resto de los agentes requisan la toda la casa…la confusión es enorme y Torres logra escapar saltando a la casa vecina, Carlos Lizaso intenta imitarlo pero es tarde. Suárez también detuvo al dueño de casa del departamento de adelante, Horacio Di Chiano y a un amigo que fue a visitarlo, Miguel Ángel Giunta, ajenos a la conspiración. Son todos sacados a los golpes y subidos al colectivo y conducidos a la Unidad Regional de San Martin. Los hacen aguardar en una sala mientras permanecen haciéndose preguntas: ¿qué pasará?. Al rato traen a dos prisioneros más: Julio Troxler, activo militante de la resistencia peronista y su amigo Reinaldo Benavidez. Llegaron a las casa de Torres y al golpear los reciben los policías armados. Luego de varias horas los detenidos, a eso de las 3 de la madrugada,.. Rodríguez Moreno, preocupado ordena: Vamos a tomarles declaración. Después de firmar cada uno su declaración, les retiran todos los objetos personales. Rodríguez Moreno recibe un llamado de Desiderio Fernández Suárez, con carácter de orden: “A ESOS DETENIDOS DE SAN MARTIN ¡QUE LOS FUSILEN!” .
Moreno no entiende, no recuerda que alguna vez la policía de la provincia haya fusilado a nadie. Pregunta a las autoridades del Liceo Militar de San Martin si pueden facilitar el lugar para fusilar un grupo de detenidos. Los militares asombrados le niegan el favor. Recibe una nueva advertencia fu – si – lar – los reprochándole que esta perdiendo tiempo. ¡Llévelos a cualquier baldío y fusílelos!. Y una amenaza: “será fusilado si no la cumple”. La dependencia policial se pone en marcha, los detenido son trasladados en un carro de asalto y una camioneta con unos 15 milicos. Los detenidos piensan ¿Dónde nos llevan?...¿a la cárcel?.... En la camioneta va Moreno ( piensa que puede hacer un favor a los detenidos sin comprometerse y darles la oportunidad que alguno escape) …Son las 5,30 hs: las calles están desiertas, oscuras y frías, el cortejo va por la ruta 8 y luego la avenida Márquez, los prisioneros se “mueren” de frio y angustia…¿A dónde nos llevan?....los vehículos se detienen dan orden de que bajen algunos prisioneros….Moreno grita: No, acá no, sigan lo que despierta las sospechas de los prisioneros sobre la suerte que correran…. Avanzan un tramo más se detienen y ordena bajar a 6, están en un baldío con montañas de basura. Moreno con pistola en mano apunta a los prisioneros y los obliga a caminar hacia el basural, los agentes van detrás golpeándolos con los fusiles…Gavino le dice a Carranza: disparemos que nos matan y salen corriendo y los balean por la espalda, se oyen gritos “asesinos” se produce un desbande de los prisioneros y nuevas descargas…del otro vehículo el segundo grupo vive instantes de pánico, Troxler intenta sacarle el arma al agente que tiene cerca forcejea y al no lograrlo le da una patada y se escapa junto a su amigo Benavídez, Carlitos Lizaso trata hacer lo mismo pero no lo logra y lo matan en el instante. Los asesinos emprenden el regreso, y luego vuelven e iluminan con los faros a los cuerpos que yacen. Moreno ordena tirar al que todavía respira…milagrosamente Livraga queda con vida. Los disparos han alertados a los vecinos cercanos que acuden al lugar. Los cuerpos de Nicolás Carranza, Vicente Rodríguez, Carlitos Lizaso, Francisco Garibotti y Mario Brión son los fusilados, los otros 7 lograron escapar.