Por Alejandro Tiscornia

Alguna vez seguramente escucharon esa frase repetida: "…no tenemos la tradición de los grandes países", "…tenemos recién 214 años de historia".

Ojo con el cuentito de que "somos un país joven".

Iluminemos un poco eso.

En un viaje, un ciudadano cubano me dijo..."en la era capitalista de Cuba...". Me sonó estridente el uso de la palabra "era", nosotros solemos referenciarla a tiempos geológicos de millones de años de duración. Entonces me di cuenta que la organización del tiempo es una decisión de estado. ¿Qué es reciente, cercano y que es lejano?. Este cubano tiraba a un lejanísimo y remoto pasado a la "era capitalista". Así es como la institucionalidad vigente en el presente debe hacerse cargo de la eternidad pasada y la futura...

Revisemos un poco esa cantinela referida a infantilizarnos: "somos un país joven, solo tenemos 214 años de historia"…¡¿cómo?!.

¿Y las provincias preexistentes que tienen más de 400 años desde su fundación durante los años coloniales?. ¿Las negamos?. Y claro, con el cuento de nuestra juventud negamos de paso cañazo a la historia de los pueblos originarios hasta la inexistencia. La historia de estos pueblos es la mitad de nuestra historia. Algunos insisten en decir que descendemos de los barcos, negando que también descendemos de los Andes...

Así negamos unos 10.000 años incluyendo la etapa incaica precolombina. Y la etapa incaica fue parte en nuestro territorio. Con vestigios de sus caminos y ciudadelas que perduran hasta hoy. El urbanismo incaico de la quebrada de Humahuaca, los pucaras, los antigales, todos recostados en las laderas altas de la quebrada visiblemente derruidas. Se ven con un ojo atento. 

A algunos sectores de esa red de caminos del inca, le pusieron pavimento y cabinas de peajes y la llaman Ruta 40.

Más atrás en el tiempo... Las pisadas en Pehuen-Co o Monte Hermoso en el sur de la provincia de Buenos Aires cerca de Bahía Blanca son vestigios  de nuestra mega fauna de hace apenas 18.000 años!. Ayer nomás en tiempos geológicos. Incluso hay pisadas humanas!.

Ya lo dijo J. L. Borges: "…se me hace cuento que se fundó Buenos Aires, si la juzgo eterna como el aire".

Asumirnos como país joven es la negación de nuestra eternidad...

Casi un ninguneo imperial del racismo historiográfico, la historia que cuenta es la relatada desde la Europa blanca. Paradójicamente Europa es el único lugar del planeta sin pueblos originarios. Desde otra mirada el pensador Jorge Hurst plantea al respecto del criterio de "país joven": “es como la idea de los niños que necesitan la “tutela de sus mayores”, es decir no tienen derechos, o como el caso de las mujeres, que “pertenecen” al padre y luego que se casan al marido, es decir son esclavas, no tienen derechos, esa es la idea de los cipayos, el “país joven”, necesita la tutela colonial."