Por Daniel Cardozo
Los últimos meses, pese al contexto, han sido auspiciosos en un aspecto decisivo para aquellos que anhelamos el retorno de un modelo nacional y popular.
Efectivamente los intentos de unidad, plenos de matices y contradicciones y lejos de cualquier linealidad simplista, han tomado existencia concreta.
Quizá la sola existencia o insinuación de esta posibilidad constituya hoy la mayor preocupación gubernamental en términos políticos. Incluso ciertos medios corporativos han reflejado la cuestión como una señal preocupante para los intereses que defienden.
Sin embargo aquel claro y auspicioso avance de nuestro espacio aparece desdibujado por algo qué, desde la más absoluta humildad, consideramos un error recurrente. Este es preocupante en sí mismo por dos motivos:
· en primera instancia porque parece demostrar una errada lectura de la realidad
· en segundo lugar, porque nos expone a derrotas que opacan el citado avance hacia la unidad
El error consiste en calibrar como posible una victoria, o al menos vocear su factibilidad, cuando era muy probable que no sucediera. Luego, en un segundo momento, y ya consumada la derrota, se la analiza desde un lugar más cercano al despecho que al frío análisis político. El desprecio al pueblo que no piensa como nosotros queremos, la incomprensión del accionar de aquellos legisladores periféricos a nuestro espacio político campea en ese análisis, profundizando la gravedad del problema.
En al menos dos oportunidades recientes sucedió esto. En el debate y movilización por la despenalización del aborto y luego en torno a la aprobación del presupuesto 2019.
Ambas, derrotas…
Es cierto que subyacen fenómenos auspiciosos en términos de movilización juvenil bajo la piel del debate por la legalización del aborto, pero no menos real es que existe un país que dista en su modo de pensar del que nosotros imaginamos. Lejos de pensarlo como inevitablemente reaccionario deberíamos reflexionar sobre lo que planteo Cristina Kirchner el pasado lunes 19 de Noviembre en Ferro cuando esbozó la necesidad de no dividir entre “los que rezan y los que no” sino más bien en articular las nociones de pueblo-antipueblo
En el caso del presupuesto, la cuestión…resuelta mediante el voto de legisladores que operan en función de una lógica de supervivencia local, no necesariamente acoplada a un frente en construcción aunque no opuesta a él. Encontró desde nuestro espacio una andanada de descalificaciones como pretendiendo que se inmolaran arriesgando su supervivencia política inmediata en pos de una construcción política incipiente.
Obviamente desde el escritorio y con el resultado puesto es fácil el análisis, aún así parece oportuno señalar ciertos aspectos que no habrían sido percibidos dentro del microclima militante. Falta de percepción que en sí misma fue uno de los motivos de nuestra derrota en elecciones presidenciales y que no parece caberle a la derecha argentina. Por el contrario ésta lee mucho mejor el “sentido común imperante” de vastos sectores de nuestra sociedad. Sociedad que, dicho sea de paso, parece estar mucho más a la derecha de lo que muchos imaginamos.