Por Mariana Facio, Docente e investigadora FSOC – UBA / IIEGE - UBA
“¿Quién decide las mañanas de los días que nos quedan?”
Proclama la poeta, letrista y cantora. Su música es parte del disco llamado “Vení que te cuento”, un trabajo conceptual que rinde homenaje a las carreras de Tita Merello y Ada Falcón. La obra reúne creaciones de una nueva camada de artistas que renovaron el género típico de Buenos Aires y será presentada en la Biblioteca Nacional el próximo 16 de noviembre a las 19 horas. Este es un recorrido por la trayectoria de una cantautora de decires feministas con lenguaje tanguero.
El escenario se improvisó en el centro cultural del barrio donde Andrea Bollof suele reunirse con sus amigas. El broche de oro del encuentro sería un show de tango. Al enterarse, buscó ubicarse cerca. La noticia la entusiasmó. Tanto como cada vez que tuvo la oportunidad de disfrutar de momentos como el que se estaba organizando. Esas vivencias reafirmaron los motivos de haberse convertido en poeta, autora y cantora.
Agitó la copa de vino que había destinado a brindar por la música. Cerró sus ojos envuelta en el silencio que antecedió al espectáculo. Allí, percibió la voz y la guitarra de los varones que intervinieron ese instante. Su mirada se fijó en ellos. Sintió una gran incomodidad cuando el cantor anunció uno de los tangos seleccionados para coronar aquella noche ante un público mayormente femenino.
Las estrofas finales de En un feca la remitió a los tiempos de antaño del género: …” Me engrupiste como a un niño/ pero esa deuda se paga/ como tu fin ya está escrito/ fácil es de imaginar/ muy pronto irás a parar/ a manos de un compadrito/ Y cuando ya esté marchito/ ese cuerpo compadrón/ algún oscuro botón/ será el llamao a cargarte.”[1]
Su contenido poético la estremeció una vez más. Sintió que la interpretación de esa noche iba a contramano de la renovación que el tango transitó en las últimas décadas. Fue en concordancia con el momento en que los feminismos, renovados por las formas singulares de accionar que le sumaron las nuevas generaciones, permearon todos los espacios.
Para Andrea, la decisión de seguir entonando letras pertenecientes a las épocas doradas del género, donde se proclaman actitudes de enojo y de condena moral a mujeres que no aceptan cumplir con los estereotipos de novia fiel y madre abnegada, hablaba de la falta de cuestionamiento por parte del cantor de modelos que sostenían las desigualdades entre los géneros.
La sentencia que concluyó el espectáculo reafirmó a Andrea en su idea. “Esto es el tango”, sostuvo el cantor. La pronunciación de esas pocas palabras la llevaron a los años en que sintió que ese estilo musical debía acompañar el devenir político del momento. Así, dejó de entonar letras donde la representación de la mujer fuera textualizada desde una cosmovisión masculina.
Se aventuró a hacerlo con repertorios clásicos, como los tangos canción que identifican al más significante intérprete del género, Carlos Gardel. En su legado innegable se encontró con representaciones de mujeres a quienes el Zorzal Criollo las llamaba “descolado mueble viejo”, al interpretar la poesía de uno de sus letristas preferidos, Celedonio Flores.
Con su distintiva forma de cantar, que agregó al tango expresividad y riqueza de colores e intenciones en la voz -como el enojo, la alegría o el despecho- entonó una y otra vez Mano a Mano: …”Hoy tenés el mate lleno de infelices ilusiones,/te engrupieron los otarios, las amigas y el gavión,/la milonga, entre magnates, con sus locas tentaciones,/ donde triunfan y claudican milongueras pretensiones,/ se te ha entrado muy adentro en tu pobre corazón./ Nada debo agradecerte, mano a mano hemos quedado; no me importa lo que has hecho, lo que haces ni lo que harás./Los favores recibidos creo habértelos pagado/y, si alguna deuda chica sin querer se me ha olvidado,/en la cuenta del otario que tenés se la cargás.”…[2]
A Andrea siempre la estremecieron las interpretaciones de Gardel. Pero, por aquellos momentos, empezó a pesarle su voz entonando tangos canción con representaciones femeninas como las que contenían los temas de autoría del mencionado Flores. Sus letras reprochaban a las mujeres la amargura del varón olvidado. Las condenaban moralmente por abandonar amores en busca de una vida de lujos. Las entendían como ambiciosas por sus deseos de milonguear entre “magnates”. Sus decisiones eran desvalorizadas, al entender que consideraban el “engrupe” de amigas. Les hicieron saber que cada uno de los favores que recibieron se les pagó cuando amaban. Solo en esos instantes los varones las consideraban buenas mujeres.
Luego de tres décadas, surgió una versión para voz femenina de Mano a Mano. La ocurrencia fue del director Donato Racciatti. Los agregados a la letra original los hizo Humberto Correa. En su poesía apareció una figura femenina que impugnó acusaciones hechas por un varón. Nina Miranda, una famosa cancionista uruguaya de la época, fue la elegida por Racciatti para interpretar la nueva versión de este clásico del tango. Con un fraseo suave y expresivo, cantó una denuncia a aquel varón despechado que describió Flores.
La nueva letra dice de él que era borracho, con aire prepotente y compadrón. Que sus maltratos habían provocado el abandono del nido por la mujer. La canción termina con una sentencia:” Nada debo agradecerte, / decís mal agradecido. / Que has quedado mano a mano con lo que te he dado yo. / Pero no pienso cobrarte, porque quedarías fundido, / Es mejor de que tus deudas las entierre en el olvido, / ¡Porque ni Dios pagaría todo lo que hice por vos…! [3]
“Tu fin está escrito”
En los años en que Miranda interpretó esta canción, las mujeres habían adquirido un lugar de relevancia como cantoras. Es de destacar la valentía de transitar por ambientes apropiados por varones. La injerencia de Libertad Lamarque, Aída Luz, Tita Merello, Ada Falcón y Nelly Omar impulsaron la aparición de nuevas imágenes de mujeres en el ámbito tanguero que condecían con el devenir de la lucha de los feminismos de la Argentina desde principios del siglo XX. Sus acciones en pos de la adquisición de derechos civiles y políticos de las mujeres generaron una mayor participación femenina en la vida pública.
Las contradicciones que este accionar provocó en la sociedad de la época pueden ser rastreadas en temas escritos por letristas varones. En algunos de ellos, se vislumbraba una mirada diferente.
Las mujeres ya no eran las representadas por la poesía de autores de la talla de Alfredo Le Pera: objetos de deseo como las …” deliciosas criaturas perfumadas, frágiles muñecas del olvido y del placer” … que fueron el decorado de la filmación donde se mostró a Gardel en el centro de la escena interpretando Rubias de New York.[4] Allí, abundaban Imágenes femeninas pacientes, fieles, con un rol sexual sumiso. Las nuevas canciones, las mostraron como mujeres a las que el tango quería recomendarles cómo comportarse. Sin embargo, esa operación les seguía negando su subjetividad.
Al llegar la llamada vanguardia al tango, todo se volvió revolución. Como lo explica el filósofo Gustavo Varela en sus investigaciones sobre el género, la novedad que la música de Piazzolla le imprimió al tango se vincula con el abandono de los marcos sensibles que tenía hasta esos momentos, su relación con la cultura de las clases subalternas. Era el año 1955 y el derrocamiento del gobierno de Juan Domingo Perón estaba latente. Un escenario de resistencias políticas que la música de Buenos Aires interpretó a partir de la búsqueda de restitución de toda su simbología anterior.
Esas transformaciones no beneficiaron a las mujeres que llevaban décadas luchando para ocupar espacios que le eran vedados en el tango. Su accionar comenzó a tener significancia con la llegada de los años setenta. La teoría feminista influyó en el ambiente artístico de las costas del Rio de la Plata y aquellos nuevos sonidos que se escuchaban en Buenos Aires comenzaron a dialogar con las formas en que actuaron letristas y cantoras como Eladia Blázquez y María Elena Walsh. Ser parte de agrupaciones feministas permitió su concienciación y, según la cantautora de tango, Cintia Trigo; a partir de aquellas nuevas ideas, se alejaron de las interpretadas musicales de varones para expresarse mediante su arte, ubicándose en un lugar destacado de la historia tanguera.
“Plumereando cada duda, barajamos las certezas”
Aquellos sucesos referencian a las nuevas generaciones que reactivaron su danza y su música a finales de los años noventa. Dejaron atrás el carácter viril que el género tenía, que fue una de las causas que provocó la pérdida de la masividad que supo tener durante gran parte del siglo XX. Andrea recuerda la multiplicidad de milongas de Buenos Aires donde la gente joven buscó las motivaciones que habían perdido por el clima de desencanto que el neoliberalismo le imprimió al escenario político de la época.
En ese clima de cambio, Andrea comprendió que el tango era mucho más de lo que proclamaba el cantor durante esa noche en el centro cultural de su barrio. Vivenció su consolidación y su relación con un proceso histórico diferente. Eran momentos en que se destacaba una renovación de la lucha feminista en el país. Se promovía el cupo femenino en organizaciones políticas y sindicales; la salud sexual y reproductiva; la educación sexual integral; el matrimonio igualitario y la identidad de género.
Andrea fue parte de esa experiencia. A las puertas del nuevo siglo, sintió cómo se moldeaba su ser tanguera. La adentró en los espacios del género. La hizo danzar con su música. Desoír el decreto de la conducción masculina. Preferir una producción conjunta del baile. Disfrutar de ella. Convertirse en una artista que buscó irrumpir con su poesía la interpretación de sus canciones o las de colegas amigas. La constituyó en una cantora que eligió compartir con instrumentistas mujeres los espectáculos que supo organizar.
Desde ese lugar se sumó a crear letras como Esquina incierta. Escrita en el momento en que surgió la convocatoria llamada Ni una menos, da pistas sobre vivencias de mujeres durante aquellos sucesos: …” Este cuento que inventamos/ nadie sabe cómo sigue/ la impaciencia nos persigue/ y el reloj es un croupier. / ¿Quién decide las mañanas /de los días que nos quedan? / ¿Quién se banca tanta espera/ si la suerte no se ve? /… Al instante de estar sola/os/ nos cuerpean las verdades/ y un barullo nos invade / al negar la realidad. / Plumereando cada duda / barajamos las certezas, / y esquivamos la tristeza / por el miedo de quebrar.” ...[5]
Andrea acaricia con sus manos una taza de té verde. Le agregó miel. La necesitó para poder sortear las malas pasadas que le jugó el polen de los plátanos de su barrio. Comienza su rutina de ejercicios de vocalización y se imagina las técnicas que utiliza Megan Yvonne para preparar sus cuerdas vocales. Sentada en el taburete de su piano, se emociona de solo pensar cómo esta cantora de origen norteamericano interpretará un tema de su autoría, La Era de la Soledad[6], incluido en el homenaje que varias artistas le hicieron a las carreras de Tita Merello y de Ada Falcón.
En los últimos años, el tango supo mantener su capacidad de mostrarse como espejo de nuestra historia al estar a tono con el devenir feminista del país. Andrea es una de las protagonistas reconocidas de esta nueva etapa. Analizar su gestación como artista integral de tango desde la perspectiva cultural y de género, da pistas de la vida musical de la Buenos Aires que expresó la conformación de lo que Anahí Pérez Pavéz dio en llamar “la conciencia colectiva feminista”.
[1]Autoría Anónima, En un feca. Todo Tango. https://www.todotango.com/musica/tema/2240/En-un-feca/
[2] Gardel, C. - Flores, C., Mano a Mano. Todo Tango. https://www.todotango.com/musica/tema/28/Mano-a-mano/
[3] Tamborini Duca, C. (29 de julio de 2018). Mano a Mano (Tango). Pampeando y tangueando. http://pampeandoytangueando.com/tangueando/mano-a-mano-tango/
[4] Gardel, C. – Le Pera. [Calvo, G.] (19 de octubre de 2008). Carlos Gardel - Rubias de New York. https://www.youtube.com/watch?v=UGwyHoQnssg
[5] Bollof, A. [Bollof, Andrea] (17 de diciembre de 2019) Como Tres Extrañas. Esquina incierta. https://www.youtube.com/watch?v=0Z2ihD0_lsg
[6] Bollof, A. [Tangos de hoy] (31 de octubre de 2022). Op. Cit.