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 Por Daniel Cardozo (Unaj-UBA-UNSO)

“Piensen ustedes que la recuperación de los ferrocarriles, de la importación, de la exportación, de los servicios financieros y de los transportes de ultramar son el problema de la recuperación nacional”[1]

“Aquellos hombres y mujeres…fueron capaces de forjar una verdadera cultura de trabajo ...sustentadas  en un espíritu de servicio público…el conocimiento  propio, acumulado y transmitido de generación en generación hizo posible  que los servicios se  prestaran”.[2]

 

Hubo un tiempo en que los transportes fueron considerados centrales para el alma de nacional.

Hubo un tiempo en que el 5 de octubre se conmemoraba en las escuelas el día del camino.

Hubo un tiempo en que ser trabajador del ferrocarril estatal, de vialidad nacional, del correo, era motivo de orgullo.

Hubo un tiempo, que fatalmente volverá (por  eso escribimos) en que los Presidentes inauguraban escuelas, hospitales, rutas, estaciones …

Hubo un tiempo en que la planificación estatal mediante sendos planes quinquenales trazó caminos, vías, aeropuertos, buscando el desarrollo regional equilibrado

Hubo un tiempo en que desde el Estado se construyó el 1er avión a reacción de Latinoamérica, Locomotoras Diesel eléctricas y automóviles 

Hubo un tiempo en que, como hoy, había plata y riqueza…aunque existía  coraje para distribuirla en función del convencimiento de que un pueblo con consumo enriquecía el mercado interno, abastecido por sendas y trochas, enlazado por aviones y vinculado al exterior por buques orgullosamente portantes de la bandera, y con ella, la soberanía nacional.

Hubo un tiempo en el que la generación de trabajo genuino, por ejemplo construyendo con motoniveladoras, era la salida hacia la recuperación.

Sí, fue un tiempo con inflación, pero con  tarifas por detrás de aquella, junto a aumentos salariales…

En ese tiempo el Estado no se veía a sí mismo como enemigo del capital, aunque sí asumía como propia la necesidad de llegar a donde la rentabilidad no estaba asegurada.

Aquel accionar, lejos de lo que la vulgata liberal propone y cerca de lo que los archivos refutan, mostraba preocupación por los gastos y el déficit. Lamentablemente esta no implicó acotarlo en la medida de lo necesario, ni garantizar eficiencia absoluta en las prestaciones. Aun así hoy se extraña. Por solo citar un ejemplo, añoramos aquel ferrocarril “ineficiente” cuyos pasajes salían la cuarta parte de lo que vale un boleto en un ómnibus rodando sobre una deteriorada ruta.

Las prestaciones estatales configuraron una ideología muy cara al sentir de los sectores nacionales y populares. Sin embargo sus falencias y una prédica deliberada habilitaron fisuras por las que el discurso privatista se filtró exitosamente en los ’90. Los resultados de aquella experiencia parecían, parecían... haber garantizado su no retorno.

Hoy observamos como vuelve impactando en el plexo mismo de aquel imaginario, en la mismísima Vialidad Nacional. Esta entidad no había sufrido los cuestionamientos que tuvo el sistema ferroviario o el aéreo, sin embargo se plantea desmenbrarla derivando en las heterogéneas provincias, y en ávidos sectores privados, su administración. El aporte de años de trabajo acumulado, de trabajadores y profesionales formados en la universidad pública, cuyas ingenierías aportaban al sector se ven arrojados al vacío de la improvisación en aras de un declarado odio a todo lo estatal.

Esta decisión ,caracterizada como “demencial” por especialistas nos coloca ante un enorme desafío que debe trascender el obvio y  necesario rechazo, para preguntarnos sobre el porqué de la facilidad con la que se logra semejante destrucción.

Asimismo nos obliga a lograr articular un novedoso planteo que nos permita volver a seducir al pueblo como se logró en aquel momento. Quizás revisar experiencias actuales de países centrales en el escenario mundial, como China, en donde el Estado sigue teniendo un rol central en transportes, u otros más cercanos  como Brasil donde Aerolíneas Argentinas debió comprar aviones cuando renovó su flota pues nuestra  Fábrica Militar de Aviones…había sido privatizada…

Hoy el desarrollo industrial clásico, lejos de haber fenecido, marca el rumbo de los países que fuera de apostar a ser simples exportadores de materias primas buscan articular trabajo, transporte y futuro.

Tal como se hizo hace un tiempo, y se volverá…sin dudas… a  hacer

 

 

 



[1]  Perón, Juan Domingo;  Discurso del 1 de junio de 1951, en “Revista Hechos e Ideas”    tomo VII,1951.Buenos Aires.  

 

[2] Lucita, Eduardo; La Patria en el Riel, p 89, Ediciones del Pensamiento Nacional, 1999, Buenos Aires.