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COMUNICADO ATE PARQUES NACIONALES - CASA CENTRAL / 21/09/2018

 

Los trabajadorxs de la Administración de Parques Nacionales informamos que la aplicación del severo ajuste en el Estado ha impactado de lleno en nuestra Institución, por el drástico recorte en el presupuesto de las áreas protegidas nacionales. Las consecuencias de tal achicamiento no pueden ser ajenas al conjunto de la sociedad ni escapan a nuestra responsabilidad como agentes públicos, lo que nos obliga a advertir y denunciar lo que sucede en nuestro Organismo.

El presupuesto para los Parques y Reservas Nacionales, al mes de septiembre, sufrió  un recorte de $ 50.000.000. Esto imposibilita llevar a cabo las tareas de control, la seguridad para los visitantes, la atención en época de incendios forestales (se recortó la contratación de 65 brigadistas de incendios para la próxima temporada alta de fuego en la Patagonia) y el desarrollo de los proyectos de relevamiento, monitoreo y seguimiento para la conservación del patrimonio natural y cultural.

 

Mientras se desfinancian las áreas protegidas, las oficinas en Buenos Aires fueron mudadas a un edificio alquilado en Carlos Pellegrini 657, con un contrato firmado en dólares por USD 1.650.000 al año por 3 años y con expensas de $ 300.000 mensuales. Esta importante suma es muy cercana al ajuste en los parques y reservas. 

Sumado a esto, se inventó hace algunos meses la figura de los “facilitadores” para lograr el ingreso de simpatizantes o militantes del Pro, con salarios que hasta duplican la de los profesionales de carrera. También se facilitó el ingreso de gerentes de mano dura, como Gonzalo Riobó -voluntario de la Fundación SUMA de la Vicepresidenta Gabriela Micheti y ex Director de Administración de Recursos de la Subsecretaría de Gestión Económica de la Ciudad de Buenos Aires-, denunciado por desdoblamiento de licitaciones: hoy tiene la misma función, pero esta vez en Parques Nacionales. 

Eugenio Breard, Presidente de Parques Nacionales, es ex Gerente de la Phillip Morris (su compromiso ético con un ambiente sano es dudoso), es vecino de Mauricio Macri y Nicolás Caputo (casualmente, cuya empresa construyó el flamante edificio alquilado de la Casa Central) en el Country Cumelen en Villa La Angostura; hoy parece más preocupado por la cantidad de cocheras para los Directores Gerentes en el Centro porteño que por las dificultades para la provisión de combustibles para recorridas y proyectos de conservación. 

Todos estos ajustes no alcanzan a satisfacer la voracidad de fondos de la actual gestión, y por ende, nos vemos sometidos una vez más, en menos de tres años, a un nuevo cambio de estructura institucional, subsumiendo la conservación a las necesidades operativas y administrativas.

Advertimos a la sociedad y a las organizaciones de la sociedad civil amigas de esta Institución centenaria, que esta gestión propone lineamientos contra-derechos, porque ignoran o son contrarios a los avances conceptuales y prácticos en materia de conservación de la biodiversidad, sus implicancias para un ordenamiento territorial y el desarrollo sustentable de una democracia diversa y plural.