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Por Alejandro Goldín

A pesar de las fotocopias de los cuadernitos, la imagen positiva de Cristina crece, al igual que su intención de voto. También es cierto que aún hay una parte importante de la sociedad, un núcleo duro gorila y un porcentaje no menor que absorbe sin filtro el discurso hegemónico, que la odia o no la quiere. Muchxs propagandistas, comunicadores mercenarios y serviciales; y también opoficialistas y «peronistas racionales» que cogobernaron con Macri hasta hace cinco minutos, y no son otra cosa que colaboracionistas de este régimen oligárquico, repiten y repiten y no se cansan de repetir que ese techo de Cristina le impide triunfar en un balotage, como si la política fuera una foto que se cristaliza; y no una película infinita en la que las imágenes cambian permanentemente.

Y acá es donde hay que detenerse a analizar posibles escenarios que pueden suceder con la aceleración y profundización de la recesión y la crisis económica, financiera y social:

1) Que el techo de Cristina suba del 35 al 40% y le saque 10 puntos al segundo y evite el balotage.

2) Que dispute el balotage con Macri u otro oficialista que tenga un techo más bajo que Cristina, y que a diferencia del balotage del 2015, donde 2/3 de los votos del tercero en discordia fueron a Macri y no a Scioli, está vez vayan a Cristina y NO a CAMBIEMOS, porque el rechazo al actual Gobierno por parte del tercio “independiente” (que NO es Kirchnerista ni Oficialista) sea mucho mayor que a Cristina.

En estos dos escenarios en el que Massa u otra “segunda marca” de la Restauración Conservadora no consigue “despegar” como le ocurrió en parte en el 2015 y absolutamente en el 2017, los candidatxs a gobernadorxs Peronistas en las provincias en las que la elección no se desdoble de la Presidencial, van a alinearse con Cristina porque no son suicidas y preferirán ir detrás de una boleta que tenga un piso del 33% y NO de una que tenga el apoyo de sólo el 20% del electorado.

 

AGONÍA

A medida que transcurran los meses y mucho más aún el año que viene, cuando entre en vigencia el Presupuesto del Ajuste de 500 mil millones de pesos si el oficialismo cuenta con los votos del “Peronismo Racional”, del “Peronismo Perdonable”, del Peronismo Colaboracionista”, o si Cambiemos no logra el apoyo de Opoficialistas y aplica el presupuesto de este año y el AJUSTE lo hace el casi 50% de inflación anual (mayor aún para los sectores populares y para la tercera edad porque los incrementos de precios de alimentos, remedios y servicios públicos son mucho mayores) que padeceremos al finalizar el 2018, el derrumbe de Macri y CAMBIEMOS será mayúsculo. La caída de aproximadamente del 20% del poder adquisitivo del salario de lxs trabajadorxs formales y de una cifra mayor de lxs no registradxs y de los monotributistas, el cierre de Pymes y comercios y la transferencia que el prescindente pretende hacer de los subsidios al transporte público y la energía a los estados provinciales afectarán severamente a millones de argentinxs, y hasta el Régimen ahora admite que la recesión continuará hasta entrado el año 2020 a diferencia de hace unas semanas en las que algunos de sus funcionarios y propagandistas se ilusionaban con que en el primer o segundo trimestre del año que viene hubiera un “rebote”. Este diciembre la pobreza podría acercarse al 40%, el desempleo llegará a dos dígitos después de mucho tiempo, la inflación anual tal vez celebre los 50; y el dólar…Y el dólar nadie sabe ni puede saberlo, porque no tiene techo, la divisa estadounidense no tiene ese problema.

 Macri y sus funcionarios lo saben y ya cambiaron su discurso del “Lo peor ya pasó” a “Lo peor está por venir”, intentando abrir el paraguas antes de que la “tormenta” se convierta en un diluvio, en un huracán arrasador, en un tsunami que se lo lleve puesto. La corrida cambiara que comenzó en el mes de junio aún no concluyó; y no se sabe cuándo finalizara ni cómo ni de qué manera; una corrida cambiaria tan larga que ya se convirtió en una maratón en la que la “Patria Financiera” no para de ganar dinero, y no se detiene en fugar capitales. Y todavía no hay certezas acerca de si el Gobierno podrá afrontar los vencimientos de deuda de este año y el próximo y evitar el default.

El oficialismo todo (es imposible que semejante panorama nacional no afecte en igual o incluso mayor medida al conurbano bonaerense y a su gobernadora, Vidal), quedará tan golpeado que el voto castigo contra el régimen oligárquico será abrumadoramente mayoritario, y que la bronca y el odio por Macri incluso en sectores no Kirchneristas y hasta anti Kirchneristas, al momento de optar, los empuje a votar por la única oposición, la que se está construyendo alrededor de la figura de Cristina, que ya cuenta con Unidad Ciudadana, la CTA y la Corriente Federal; y a la que se están sumando muchos sindicatos vinculados a Hugo Moyano, organizaciones de la CTEP alineadas con Juan Grabois; y referentes políticos peronistas que vienen del Frente Renovador como Felipe Solá, que ya dijo que aceptaría compartir una fórmula con Cristina; y Alberto Fernández.

 

EL ENEMIGO MUEVE SUS PIEZAS…

Por eso la Embajada y el Poder Permanente local hacen entrar en calor a su renovada esperanza peronista «blanca», «racional» y «perdonable». Por eso apuestan fuerte a su (por ahora) Plan B, el encabezado por Massa, Lavagna, Duhalde, Pichetto, Urtubey, Bossio y Schiaretti, que prontamente puede convertirse en Plan A, teniendo en cuenta que en unos meses serán más competitivos que Macri para competir en un mano a mano con Cristina, un Macri que solo puede ofrecer y prometer ajuste y más ajuste, más inflación y recesión, un Macri que tiene su relato más devaluado que el peso; y en cambio la variante Peronista de la Restauración Conservadora puede vender espejitos de colores como lo hiciera Macri en la anterior elección presidencial; y sus chances de triunfar en un balotage serían importantes porque el electorado Macrista votará contra Cristina y el Kirchnerismo.

También existe la posibilidad de un cuarto escenario, similar al de Brasil, una hipótesis que lamentablemente hay que contemplar: la proscripción de Cristina. El Plan Cóndor Mediático Judicial está dispuesto a todo para que el “Populismo” no vuelva a gobernar dos de los principales países de Sudamérica, uno de ellos potencia mundial e integrante del BRICS, y ambos muy importantes e influyentes en la economía y política regional. Pero también muy diferentes entre sí, el pueblo argentino tiene una historia muy diferente marcada por el Peronismo, y el nivel de organización de su clase trabajadora, que tienen un 35% de sus asalariados sindicalizados en contraste con el 5% de Brasil, y la movilización permanente de su pueblo y de sus “minorías intensas”, ya sea movimientos de Derechos Humanos, LGTB y el Movimiento Feminista y su impresionante Marea Verde, hacen prever que la ruptura total del Estado de Derecho y de la Democracia Representativa tendría un costo político mucho mayor. En el caso en el que La Embajada y sus personeros en el Congreso y también concreten en Partido Judicial esa audaz jugada, lo más factible es que la “Dama” elija un alfil, Agustìn “Chivo” Rossi, para que compita en las PASO posiblemente con Alberto Rodriguez Saa y Felipe Sola.

Los próximos meses serán muy intensos, dramáticos, repletos de luchas y también del padecimiento de nuestro Pueblo que sufrirá el aumento de la pobreza y de la indigencia, del desempleo y de la carestía. Lo peor está por venir, en eso coincido con Macri, pero nuestro destino depende en gran parte de nosotrxs, de nuestra clase trabajadora, de nuestro Pueblo, de su protagonismo, de su participación, de su lucha, de su voto, de que esta vez sea en defensa propia y no un voto autocastigo.