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Escrito por el Dr. Albano Retamar, MP: 9718, MN: 143147

Director CAPS 7 de Noviembre, Rosario del Tala, Entre Ríos - 11 agosto 2020

Así llegaban, por marzo, los primeros casos de corona virus. La mañana estaba pesada como decimos acá en el interior. El interior de la provincia, en el interior del país. Argentina se conmocionaba y crecían las dudas sobre la capacidad de respuesta de nuestro sistema de salud publica, idoneidad, equipamiento, infraestructura, cantidad de camas, respiradores, ¿cuantos?.

 

Yo me dirigía tranquilo camino al centro de salud donde, por la azares de la vida, me encuentro gestionando. Ciertos sectores empezaban a demandar salud publica, los mismos sectores que consideraban a esta como una estafa al pueblo. Los mismos pedían camas, respiradores, reactivos, rt (real time), pcr, personal idóneo, …salud publica de fácil acceso y gratuita. Los que batallaban empezaban a pedir, pedir por que en el fondo creen en la salud publica, pero el odio les impide el sinceramiento. ¿Quienes eran ellos?: los mismos que creen que la salud publica es un despilfarro, que creen que Europa o Estados Unidos son ejemplos de sistemas de salud, la salud arancelada, para unos pocos. Esos preguntaban, demandaban, exigían, un estado garantista que cubra necesidades de salud básica y también las complejas, los mismos que dejaban vencer las vacunas en los containers sin emitir palabra, los que festejaban el recorte de presupuesto al Malbran, los que saquearon el CONICET y mandaban a nuestros científicos a lavar los platos. Hoy piden respiradores, camas de terapia intensiva, testeos masivos y por supuesto a costo cero.

El mensaje era claro, uno de los mejores sanitaristas del mundo estaba de nuestro lado, “achatar la curva”. Y ¿para que?. Para darnos tiempo a reestructurar y recomponer nuestro sistema sanitario, achatar la curva para que nadie muera por falta de atención medica, para ganar tiempo. Ahí las medidas de confinamiento, pero nada alcanzaba, los respiradores eran pocos, las camas de terapia eran insuficientes, aunque se duplicaron a nivel nacional y en forma federal, el confinamiento no tenia sentido y el ministro, no entendía nada, ..decían. Si, los mismos que planteaban que solo bastaba con un secretario y cuando abrió la boca, lo destituyeron.

Salud publica si, Salud publica no.

No es discusión factible durante este gobierno, Alberto marco la cancha. La salud es prioridad de estado. No se negocia.

Si se discute quien marca la agenda, quien marca las prioridades, nosotros o ellos.

Ellos son los que quieren salud para todos pero con distinciones, con ciertos privilegios, los que no se internarían ni locos en la Sala General de un Hospital Público, los que reniegan de la atención  publica para nuestros hermanos bolivianos, los que no quieren que el estado asegure la ILE (interrupción legal del embarazo) segura y gratuita, sino que debe seguir siendo el privilegio de algunos sectores que pueden pagar el procedimiento en el privado, los que ahora piden vacunas y no se les movía un pelo cuando las dejaron vencer, los mismos que aplauden en los balcones pero no quieren a los profesionales de la salud como vecinos . ¿Serán ellos?, ¿los que creen en la calidad de la salud publica pero reniegan del propio concepto?. O serán los que creen en una Argentina que brinde una cobertura Universal de Salud, una salud competente, Tecnológica, formativa, gratuita y de fácil acceso. ¿Serán los Macri y los Vidal?, ¿los que cagaban a palos a los empleados del Borda, los que argumentaban que los hospitales eran una estafa para la gente?, ¿o serán los Ramón Carrillo, los Favaloro, los Ginés Gonzales García, los que marquen los parámetros de nuestra Salud Publica?.

Acá tan lejos de todo, tan olvidados, donde no movemos el amperímetro pero sabemos todo, acá en el primer nivel de atención, desde el pueblo, la provincia.

La salud publica es un derecho adquirido que debemos preservar y defender de los enemigos internos. La salud publica no se negocia, ni ahora ni nunca!